domingo, 31 de enero de 2010

Voces Femeninas VIII - Actualización



Dado que el vídeo lo he confeccionado yo, me permito el lujo de eliminar la anterior entrada y poner este que me gusta más ¡ea!


Sé que lo que hago puede ser tonto.
Sé que no debería mirar fijamente al sol.
Pero el pensar en ti me lleva a la tentación.
Es lo mismo de qué lugar estés.
Separados, somos delicados y pequeños,
Y el espacio entremedio necesita nuestra atención.
Te veo justo frente a mí,
Tan cerca como puedes estar,
Y ruego para que
No te vayas de este ensueño aún.

Y puede parecer demasiado lejano,
Volver adonde estás,
Pero es lo suficientemente cerca,
Con un amor del tamaño del océano.
Entonces si no puedes llegar a mí,
Envía una señal a través del mar
Y yo la recibiré,
Con un amor del tamaño del océano.

No tengo que preocuparme más.
Si realmente te necesito, iré a la orilla.
Y el pensar en ti, allí está mi protección.
Te veo justo frente a mí, una visión en mi cabeza.
Y sé que esto es lo más real
Que un ensueño puede ser.

Y puede parecer demasiado lejano,
Volver adonde estás,
Pero es lo suficientemente cerca,
Con un amor del tamaño del océano.
Entonces si no puedes llegar a mí,
Envía una señal a través del mar
Y yo la recibiré,
Con un amor del tamaño del océano.

No emites ningún sonido,
Pero puedo oírte en el viento.
Puedo ver que esto nunca termina,
Como el mar, como tú para mí.

Y es lo suficientemente cerca,
Con un amor del tamaño del océano.
Entonces si no puedes llegar a mí,
Envía una señal a través del mar
Y yo la recibiré,
Con un amor del tamaño del océano.
Y puede parecer demasiado lejano,
Volver adonde estás,
Pero es lo suficientemente cerca,
Con un amor del tamaño del océano.
Entonces si no puedes llegar a mí,
Envía una señal a través del mar
Y yo la recibiré,
Con un amor del tamaño del océano.

Saludos cordiales

sábado, 30 de enero de 2010

Como un niño perdido


Como tantos días, volvía a casa tras una larga jornada de trabajo. Como tantos otros días caminaba envuelto en la ensoñación que habita dentro de mi mente desde aquel triste día.

La música, a través de mis auriculares, envolvía mis sentidos hasta el punto de eludir todo cuanto me rodeaba. Subí al autobús, como tantos otros días, ajeno a todo lo que ocurría a mi alrededor.

Para hacer más ameno mi viaje, saque de mi mochila el cuaderno en el que suelo escribir mis notas, necesitaba escribir y describir todo cuanto siento en estos momentos.

Un rio de palabras fluyó de mi mente al papel, en alocado frenesí en principio, tornando a relajada escritura a menudo que transcurría el relato, como tantos otros días, no termine aquel escrito pues llegaba a mi parada.

Entre en casa, tras la rutina de siempre y, como tantos otros días, me sente frente al ordenador para ver los correos recibidos y navegar un poco en la red hasta la hora de cenar.

Como tantos otros días, leí correos de chistes y amistosos Power Points, pero aquel día no fue como tantos otros días pues me habías escrito, tu nombre aparecía varias veces en el listado de mi bandeja de entrada.

Tus palabras volvían a llenar mi oídos, una sensación de indescriptible felicidad inundó mi interior. El universo entero fue perceptible y tangible para mis sentidos.

Uno de los correos era un regalo, me regalabas una canción y, como un niño en Noche Reyes, corrí a abrir mi regalo.

Escuche varias veces esa canción y, como tantos otros días, me sentí como un niño perdido.


domingo, 24 de enero de 2010

La Isla, al final del Canal Grande



Frente a mi, a medio centenar de metros, el destello de unas pocas luces anunciaban la presencia del embarcadero. Intenté adivinar qué habría tras las luces, pero una densa niebla me lo impedía.

El lugar al que me había llevado el amable barquero, era una angosta y alargada isla, muy alargada. Recalamos en el extremo Norte de a isla, mi camino estaba ya predefinido... recorrería aquella isla de Norte a Sur.

- Lo he pensado mejor, venga a buscarme mañana a esta misma hora. Presiento que voy a necesitarle para volver - Dije al barquero.
- Por supuesto señor, estaré puntual.

Puse pie sobre las tablas del embarcadero, mire en derredor mío y comencé mi caminata. La densa niebla dificultaba mi camino, una niebla que cubría toda la extensión de la isla, se paraba en la misma orilla sin llegar al agua, como frenada por un invisible muro.

Pasaron tres o cuatro horas, la niebla se fue disipando y por fin pude ver aquel páramo desolado que era la superficie de la isla. Mis pasos fueron mas ligeros y mi visión alcanzaba ya a divisar el final de la isla.

Tras unas cuantas horas, detuve mi caminar y mirando al horizonte me pareció ver una figura humana que caminaba en mi misma dirección, bordeando la alargada playa.

Aceleré mis pasos, durante un corto periodo de tiempo me pareció alcanzar a aquella figura recortada en el horizonte, pero inmediatamente después, la distancia entre los dos volvía a ser la misma, por alguna extraña razón no conseguía acerarme a aquella persona.

Cuando llegué al extremo Sur de la isla pude divisar que aquella figura estaba parada, al acercarme un poco más pude distinguir que aquella figura era de mujer.

Los acelerados latidos de mi corazón retumbaron en mis sienes, supe que era ella. La llamé a gritos pero no pareció oírme. Casi a la carrera recorrí los últimos metros, pero no conseguía acercarme más a ella por más que acelerase mi carrera.

Así estuve largas horas, tras ella sin poder alcanzarla. La veía claramente, veía su espalda, mojaba sus pies en el mar, su melena hondeaba con la brisa, pero era inalcanzable.

Fue noche cerrada cuando pude alcanzarla, tan solo unos metros nos separaban, volví a llamarla, pero no contestó. Siguió caminando sin girar su rostro.

Cansado, detuve mis pasos y comprendí que no conseguiría nunca alcanzarla. Supe que, ella, no quería ser encontrada, así que, entristecido y desanimado, me dirigí hacia el embarcadero del extremo Norte donde me esperaba la embarcación que me llevaría a tierra firme... donde realmente está mi camino.


lunes, 11 de enero de 2010

Rosarno

Extracto de un artículo de El País (11.01.2010) sobre los hechos acontecidos en Rosarno.
"Ya no quedan africanos a la vista en Rosarno (Calabria, en el sur de Italia). Las excavadoras demolieron ayer una de las fábricas abandonadas donde, cada año desde hace 20, se instalaban durante meses los temporeros subsaharianos que recogían la mandarina. La calma ha vuelto al pueblo después de tres días de revuelta, disparos y jaurías humanas. Quedan cerca de 100 heridos, cuatro de ellos graves (todos ellos africanos) y el éxodo de unos 1.500 inmigrantes. Ahora, Italia trata de digerir lo sucedido..."

El Capo Berlusconi estará orgulloso de sus acólitos. Ha fomentado la xenofobia y el racismo de tal manera que aquí están los resultados... al más puro estilo del Ducce.

Saludos cordiales a todos.

domingo, 10 de enero de 2010

O Brother

No solo es buen actor, hace un café estupendo y encandila a las féminas... también sabe cantar.
Canta al más puro estilo Kentucky... al más puro estilo USA profunda.
La canción "I am a man of constant sorrow" la canta el Sr. Clooney en la película O Brother.
Una película que me gusto por sus constantes guiños a los viajes de Ulises, narrados en la Odisea.

Soggy Bottom Boys- I Am A Man Of Constant Sorrow