Francisco González Ledesma, presentó en 1.948 su novela titulada "Sombras viejas", al certamen del Premio Internacional de Novela, creado por el editor José Janés, y salió ganador. Pero esa novela nunca llegó a ser publicada, pues para las perversas mentes de la censura española, el autor era un Rojo y un pornógrafo. La novela narra la historia de amor entre Enrique Moriel, preceptor de Nora, la hija del acaudalado Ismael Leonardo, y Paulina, señorita de compañía empleada en la misma familia.
Fueron tantas las trabas que fueron impuestas a aquel escritor de 21 años, que en los años 50 dedicó su vida a la abogacía, al periodismo (llegó a ser redactor jefe de La Vanguardia) y a escribir, en Editorial Bruguera, novelas y guiones de tebeos del Oeste, bajo el seudónimo de Silver Kane (al más puro estilo Marcial LafuenteEstefanía), novelas de terror, ciencia ficción y policíacas. Llegó a publicar más de 400.
Seguro que yo he leído alguna de ellas, me fueron de gran utilidad en las interminables horas muertas que tenia, un joven, en la Puta Mili. Eran novelas cortas y llenas de acción y aventuras, justo lo que yo necesitaba para evadirme de aquella puñetera jaula en la que me veía encerrado. Era lo único decente que se podía encontrar en la "biblioteca" del cuartel en el que estaba.
Pero no solo "Sombras viejas" fue prohibida por los cerriles censores franquistas, "Los Napoleones", "Las calles de nuestros padres" y "Expediente Barcelona", no pudieron ser publicadas hasta la llegada de la democracia. Ganó el Premio Planeta, por "Crónica Sentimental en rojo", en 1.984 y su última novela "La ciudad sin tiempo" la ha publicado bajo el pseudónimo de Enrique Moriel.
Y ahora, tantísimos años después, este Rojo y pornógrafo escritor va a poder ver su "Sombras viejas" en los escaparates de las librerías nacionales, ya que Editorial Destino la va a publicar. Felicidades señor.
Pues mire usted, mi recién admirado Ray, que yo escribí ya hace tiempo un post en loor de la llamada literatura de kiosko, puro entretenimiento, ¿verdad, caballero? del que han gustado hasta los que no lo confiesan.
ResponderEliminarY me alegra ver que al fin se va a publicar algo que hace tanto debió ser publicado. Un saludo.
Raquel:
ResponderEliminarCreo que todos hemos echado una ojeada a la, mal llamada, literatura menor, o a una revista del corazón.
Que ponga la mano en el fuego, quien no lo hay hecho.
Saludos cordiales
Uno de los recuerdos más simpáticos que conservo de mi adolescencia está relacionado con las obras de Marcial Lafuente Estefanía, :)
ResponderEliminarPor menos que eso, Solschenitzin se chupó varios años en un GULAG (lo escribo con mayúsculas porque es un acrónimo).
ResponderEliminarSi que no te publiquen es lo peor que te puede pasar por rojo y pornógrafo, probad en países de dictaduras de izquierdas... tal vez, algún día, te publiquen también, pero a título póstumo.
Viendo lo que los Rojos hacen a los disidentes, no veo mucha razón para que ser Rojo sea algo de lo que estar orgulloso.
Y esto no justifica en absoluto la censura de los no-rojos, pero no hagais de ese color un símbolo de libertad, que no lo es ni lo ha sido nunca.
Escéptico:
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario.
"Por Rojo y pornógrafo", son palabras de los censores de la Dictadura Franquista.
El color rojo no es para mi un símbolo de libertad, no es más que un color. Para unos decir Rojo a alguien, significa insulto, lo mismo que Facha. Siempre se apostilla, para ambos, con ...de mierda.
Si, llevas muchísima razón. En las DICTADURAS "ROJAS" y "FACHAS", no se respetan las libertades y mucho menos los derechos humanos.
Saludos cordiales