viernes, 13 de julio de 2007

Gabriel García Márquez



Carta de despedida hecha por Gabriel García Márquez para sus amigos. Esto es un copia y pega íntegro sacado del blog La Hatería de Mariano Mendoza. No soy un asiduo del cyp pero creo que en este caso sí merece la pena:

Carta de despedida de G.G.Márquez

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado esta carta de despedida a sus amigos, y gracias a Internet está siendo difundida.
Os recomiendo su lectura porque es verdaderamente conmovedor este corto texto escrito por uno de los Latinoamericanos más brillantes de los últimos tiempos.


“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.”
Si no lo haces hoy, mañana será igual que ayer. Y si no lo haces nunca tampoco importa.Ponle acción a tus sueños. El momento es éste.


Nada que añadir.

Lo mismo que dice Mariano, nada que añadir.





4 comentarios:

  1. Sin palabras.
    Un beso.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. De veras voy a morirme si alguien me cree capaz de escribir algo tan mal escrito y tan cursi...
    GGM
    Hace algunos años Gabriel García Márquez, ese sí Premio Nobel de Literatura en 1982, fue internado de emergencia. Se temía por su vida. Justo en esos días apareció en Internet, esa biblioteca de la ignorancia, cuyos textos son anónimos o tienen fuente poco confiable (José Emilio Pacheco dice que leyó en uno de esos sitios que Juan Rulfo era una novela escrita por Pedro Páramo), una “Carta de despedida” que quien la puso a circular dijo que había sido escrita por el Gabo desde su cama de enfermo. El texto dice en su inicio: “Si por un instante Dios se olvidara que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que siento, pero en definitiva pensaría todo lo que digo”. El texto, no tan breve, sí que está lleno de sacarina. Un periódico, creo que el Reforma, recabó opiniones de distintos hombres de cultura. La mayoría le buscó virtudes, pues había que defender al autor de sus propias pifias. Quién sabe que irá a decir uno en su lecho de muerte, tal vez pensaron. García Márquez, por fortuna, no murió. Cuando le preguntaron sobre la carta y la leyó dijo: De veras voy a morirme si alguien me cree capaz de escribir algo tan mal escrito y tan cursi.

    Al poco tiempo el propio autor (quién sabe si no él mismo la puso a circular) apareció reclamando para sí la autoría. Era, es, Johny Welch, un cómico titiritero y ventrílocuo, cuyo muñeco, El Mofles, le ha ganado alguna fama televisiva.

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  4. Gracias Grabiel G. Marquez
    por la semcillez con que escribes
    y la grandeza que tienes eres unico
    gracias y un saludo.
    Atentamente MªCarmen.

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